Los andadores para bebés se han utilizado durante mucho tiempo para enseñar y motivar al
bebé a caminar. Aunque últimamente las polémicas en cuanto a su uso y accidentes han sido varias,
infinidad de familias siguen utilizándolas por tradición o practicidad, pues permite que él bebé se
entretenga sin tener que cargarlo en brazos a ayudarlo a caminar.
Existen algunas versiones de la historia y origenes de los andadores para bebés,
aunque la más popular nos dice que su aparición surgió alrededor del siglo catorce, sin embargo no
fue hasta el siglo dieciséis que los doctores empezaron a recomendar los
andadores para bebés
y las grandes industrias a fabricarlos en masa. Pronto adquirieron popularidad y mucha fama entre
las madres de esa época, y todas las familias adquirían sus andadores para ayudar a sus bebés a
caminar más pronto. Los primeros andadores de bebé estaban fabricados de madera en toda su
estructura, con ruedas de plástico o metal que les permitían desplazarse.
Los andadores tienen en general dos aros en su estructura, el primero de ellas
se encuentra en la parte de arriba del andador y sirve para que él bebé se sostenga parado o
sentado dentro de la pequeña sillita, el segundo aro está en la parte de abajo, donde se encuentran
las ruedas y protegen al niño cuando se acercan demasiado a algún objeto, sirviendo de barrera
contra los golpes.
Los andadores para bebés han evolucionado bastante en cuanto a su diseño y hoy
en día casi todos tienen alrededor de la silla principal una serie de
juguetes
que entretienen al niño a la vez que lo motivan a caminar. En general, se fabrican de plástico,
pues es el material más liviano que permite que él bebé se desplace rápidamente sin mucho esfuerzo.
Aunque existen algunos
andadores de bebés
en el mercado que tienen una base tubular hueca de metal. Los asientos se fabrican de tela y tienen
la particularidad de poder quitarse y lavarse cuando sea necesario.
Existen múltiples ventajas y desventajas en su uso, pues algunos especialistas
han investigado la relación que tiene el andador con respecto a la rapidez en que un bebé empieza a
caminar, encontrando como resultado que aquellos que no lo utilizaron fueron en general los que
caminaron antes que aquellos que pusieron dentro del andador.
Adicional a esta información se encuentran las campañas que desprestigian el uso
de los
andadores para bebés
por la alta tasa de accidentes que se han presentado en los últimos años de bebés que cayeron de
distintas alturas al no ser supervisados en el uso del andador. Esto obviamente se puede evitar
siempre y cuando el niño cuente siempre con la atención de sus padres y se vigile de cerca su
bienestar.
Los andadores suelen ser muy prácticos, pues permiten que los padres puedan
realizar las tareas normales del hogar y el niño se divierta y entretenga mientras es observado
desde cerca. Su uso también debe de ser medido, pues el niño debe de descansar su espalda y sus
piernas cada cierto tiempo, además se debe intercalar el uso del andador con permitirle al niño
explorar su alrededor de manera solitaria.